Es raro quien no haya oído hablar de Cristofer Clemente, el atleta canario que se proclamó Campeón del Mundo de UltraSky solo seis años después de comenzar a correr.
Cristofer ha ido progresando a pasos agigantados. El año pasado en Italia acudió a su primera cita internacional con la Selección, alzándose con una increíble medalla de plata. Este año en Peñagolosa lo ha vuelto a conseguir. El corredor gomero se proclamó el pasado 12 de mayo subcampeón del mundo de trail running por segundo año consecutivo, donde se enfrentó a 85 duros kilómetros y compitió contra un total de 49 selecciones.
Con una remontada de campeonato, comenzando en el puesto 72 hasta llegar a ser segundo por detrás de únicamente Luis Alberto Hernando, Cristofer se consolida como uno de los mejores atletas del trail español.
- Antes que nada y viendo tu trayectoria como corredor, ¿crees que cualquiera que se lo proponga es capaz de llegar a correr una maratón?
Sí creo que sí, que si confía en sí mismo, cualquier persona es capaz de correr una maratón, siempre y cuando tenga ganas y esté supervisado por un buen profesional, porque a partir de ahí todo va fluyendo.
- ¿Qué significó para ti volver a estar en un campeonato del mundo por segundo año consecutivo?
Haber estado en el podio en el mundial del año pasado me dio la fortuna de certificar mi plaza para Peñagolosa y eso me dio la tranquilidad de saber que estaba seleccionado de nuevo este año. Eso fue una gran ventaja porque sabía que si no tenía ninguna lesión, este año repetía seguro en el mundial.
“No había calma en los avituallamientos, parecía una carrera de Fórmula 1”
- Una vez en Peñagolosa, el planning que llevabas estudiado con tu entrenador fue clave para conseguir esa segunda posición, ¿con cuánta antelación empezaste a prepararlo y cómo crees que influyó que llevaras la prueba tan bien planeada?
Empezamos a mediados de abril, cuando decidimos reconocer el recorrido para saber qué variantes podíamos hacer y cómo lo podíamos planear de la mejor manera. Hice el recorrido en tres días, y ya vimos que los primeros 41 km eran muy rápidos y que los 45 km posteriores eran más montañeros. A partir de ahí ya preparamos la estrategia de carrera, que consistía en correr muy cómodo los primeros 41 km y luego mantener un ritmo constante en la subida, que es en donde mejor voy. Se trataba de salir muy despacio, alimentarnos e hidratarnos muy bien e intentar llegar lo mejor posible al último tramo.
- En Peñagolosa aprovechaste muy bien los avituallamientos y se ve que seguiste un planteamiento muy estricto, ¿cómo crees que te afectó esa alimentación e hidratación en el desarrollo de la carrera?
Creo que ahí aprobamos con mayúsculas y que es parte del éxito. Tuvimos la paciencia de comer cada 35 minutos e hidratarnos mucho. En los avituallamientos la gente no tenía calma para ingerir las cosas, era como una carrera de Fórmula 1. Me llegó a pasar que en Vistabella casi me empujan para que saliera, pero yo iba centrado en que me tenía que comer las cantidades que me había propuesto tardara 2, 3 o 4 minutos. Eso lo cumplimos y de ahí el resultado.
“Ya a mitad de carrera sabía que algo grande iba a pasar”
- Dosificaste muy bien tu rendimiento, hasta el punto de adelantar a 71 posiciones, ¿cómo viviste esa gran remontada?
La verdad es que al principio iba muy tranquilo y muy centrado en mi trabajo. No me puse nervioso por ir muy atrás, incluso me pasó una anécdota en el km 9, donde el seleccionador me preguntó si estaba bien y yo le dije que si no habían recortado el recorrido, todo iba sobre lo previsto. Iba entero, cómodo y sin desgastarme. Cuando vi que iba superando a muchos atletas, que sabía que ya estaba en el top 10 y que aún quedaban kilómetros y yo seguía con fuerza, sabía que algo grande iba a pasar.
- ¿Cuál fue el momento más duro de la carrera?
Lo más duro quizás fue mantener el tipo, sobre todo en la salida, porque fue una salida muy rápida, donde todo el mundo salió muy enérgico. Yo sabía que podía estar delante con ellos controlando, pero la estrategia que habíamos pensado era que teníamos que ir bastante más atrás que ellos, estando incluso hasta diez minutos de referencia, para que se desgastaran y luego lo largo del recorrido irlo recuperarlo. Fue duro mantener ese pulso conmigo mismo, porque había veces que te daban ganas de adelantar, pero decidí hacer caso a mi estrategia y aguantar el tipo y al final dio resultado.
- Al final, medalla de plata por segundo año consecutivo, ¿qué significa este nuevo título para ti?
Significa que algo bien se ha hecho, que se ha vuelto a trabajar en una línea muy progresiva y ascendente, porque se dice fácil, pero conseguir dos subcampeonatos consecutivos no es suerte, es constancia. Una vez los astros se pueden alinear, pero si repites ya los astros están más que alineados (risas). Hay mucho trabajo, constancia y dedicación detrás y la verdad que estoy muy contento de haber cosechado este subcampeonato nuevamente.
- ¿Dónde tiene puesta ahora la mirada Cristofer Clemente?
El siguiente objetivo está cerca. Voy a correr en Alemania en la Salomon Zugspitz Ultra Trail, una carrera de mi marca, muy bonita, que tuve la suerte de correr en 2015 en los Alpes alemanes. Así que estaremos por allí y más adentrados en el verano, sobre agosto o septiembre, otra cita a la que me gustaría llegar en buenas condiciones es a la CCC Ultra Trail del Mont Blanc y si se puede estirar más diría también la Ultrapirineu. Y yo creo que con todo eso más lo que llevamos ya cerramos un año bastante completo.