Moana Lilly Kehres es, a sus 20 años, una de las mayores promesas ( y realidades) del trail, no solo canario, sino del panorama nacional. Nacida en La Palma y con raíces alemanas, su historia no comenzó en la montaña, sino sobre un caballo y más tarde en la pista de atletismo. Una lesión le abrió la puerta al monte… y desde entonces no ha dejado de crecer. En esta entrevista hablamos con ella sobre sus inicios, su evolución, sus retos y el vínculo que la une a un deporte que, para muchos, es mucho más que correr.
Entrevistamos a Moana Lilly Kehres
Macaronesia Sport: ¿Quién es Moana y cómo comenzó esta relación con el trail?
Moana Lily: Bueno, pues yo soy Moana, soy palmera, aunque realmente mis padres son alemanes. Pero nací aquí en Canarias y me siento más canaria que otra cosa. Empecé con el trail… bueno, realmente yo vengo de la hípica, y llegó un punto en el que dije: “Igual estaría bien hacer yo también un poco de deporte, no solo el caballo”. Me pasé al atletismo un poco por descarte, pensé: “Correr no puede ser tan difícil”, y se me daba mejor el fondo.
También pasé por una lesión de rodilla que hizo que entrenara más el tema de subir, para fortalecer esa zona, y al final me acabó gustando tanto ir por la montaña que probé alguna carrera por aquí. En esta isla hay muchísimas, casi cada fin de semana hay una carrera de trail… y me acabé enganchando. Y aquí sigo.
Macaronesia Sport: Me dijiste algo sobre una lesión, ¿qué fue exactamente?
Moana Lily: Bueno, tuve un problema con el rotuliano, pero realmente fue porque empecé bastante… de golpe, por decirlo de alguna forma, con el atletismo. Y sí que es verdad que igual no estaba muy fortalecida a nivel muscular, y por eso sufría un poco la rodilla con el llano.
Mi madre es fisio, y una de sus recomendaciones fue hacer subidas andando y tal, porque no podía correr durante esas semanas… o meses, no me acuerdo bien cuánto fue. No fue nada muy grave, pero sí que me hizo como descubrir el monte que tengo a nada de casa. Y cuando empecé a ver ya lo que tenía yo cerca —por decirlo así, casi en mi vecindario—, me di cuenta de… bueno, sabía que La Palma era un paraíso, pero ver todos los sitios a los que podías acceder corriendo y a pie fue como: «¡Ostras, esto es la leche!»
Macaronesia Sport: ¿Cuál fue ese primer momento, después de empezar con el trail, en el que te enamoraste realmente de este deporte?
Moana Lily: A ver, no te sabría decir un momento así concreto. Creo que fue poco a poco, pero sí que me acuerdo que me lo pasaba súper bien en las carreras de trail. Era como una aventura, estar por el monte… y luego la gente era súper amable. Todo el mundo te ayudaba en carrera, ¿no? Siempre te preguntaban: “¿Te falta agua? ¿Necesitas ayuda?”, lo que sea. Porque te ven ahí tan joven, y a veces te apuntas a carreras que igual te quedan un poco largas y tal.
Me acuerdo de un fin de semana en concreto —creo que fue el de Acantilados, la primera y única vez que he hecho Acantilados del Norte, aquí en La Palma—, fue un sábado, y al día siguiente me apunté a un 3000 en pista en Miraflores. Y claro, yo iba a lo loco, como cualquiera de 16 años. No me fue ni siquiera tan mal, pero sí que pensé: “Jolín, esto del trail está chulísimo”.
A ver, no se me daba mal el atletismo, pero sí que tenía la sensación de que tenía que hacer un esfuerzo muy consciente, como de decir: “Vale, tengo que entrenar esto, tengo que sufrir mucho en los entrenos”. Y es verdad que no siento que sufra menos físicamente en los entrenos del trail, pero se me hacen más amenos porque estoy en la montaña. No es solo: “Haz esta distancia, a este ritmo”, sino: “Haz esta distancia, a este ritmo, y llega a este lugar”.
Entonces tener ese algo más, ver sitios distintos, conocer lugares nuevos… creo que poco a poco me fue jalando hacia la parte del trail. Y aquí sigo.
Macaronesia Sport: Entonces, ¿tu primera carrera fue Acantilados o debutaste en otro lado?
Moana Lily: No, no, ¡qué va! Acantilados ya fue bastante después. Yo ya llevaba unas cuantas carreras aquí en La Palma. Creo que de las primeras fue la Mazucator, en Mazo. Cuando la hice eran unos 18 km o así, y me acuerdo de apuntarme sin saber si iba a llegar, ¿sabes?
Porque claro, yo venía de los entrenos de atletismo y hacía, yo qué sé, 10 km como mucho. Tendría 15 años o así, y pensé: “Ostras, 18 km con, no sé si eran 1000 o 900 metros positivos…”. Para mí en ese momento, ni sabía bien lo que significaba ese desnivel. Me apunté sabiendo que era más duro que el llano, pero sin ser muy consciente de la proporción entre desnivel y distancia.
Y claro, yo decía: “Uf, los 8 km”, pero lo que realmente me costó fue la subida.
Macaronesia Sport: ¿Cómo se te dio esa carrera?
Moana Lily: Contenta, porque al final creo que quedé segunda o tercera, ¡y claro, no me lo esperaba! Porque es lo que te digo, no sabía ni si iba a llegar… Y creo que eso ya me hizo como cogerle el gusto, ¿no?
Macaronesia Sport: ¿Cuándo te profesionalizaste?
Moana Lily: Eh, sí que estuve unos meses siguiendo por mi cuenta, hasta que, pues entre recomendaciones de otra gente y tal, dijeron: «No, igual deberías probar con entrenador.» Y sí, empecé también a seguir unos planes de entreno con entrenador, y no me fue mal.
Pero no es que dijera: “Oh, qué bien se me da esto, voy a ser profesional o me voy a dedicar a ello”, porque de hecho, ahora tampoco me dedico a ello. Simplemente, para rendir en las carreras me di cuenta de que hay que entrenar.
Y yo me lo pasaba muy bien entrenando, también tenía muchos amigos aquí que corrían, y los planes de fin de semana eran ir a una carrera y tal. Luego también descubrías incluso sitios nuevos de la isla que en el día a día no veías.
No sé, creo que simplemente me lo pasaba tan bien que le fui dedicando más tiempo, pero nunca pensando en vivir de esto. Eso sí que no. Más bien es dedicarle mucho tiempo a mi hobby, por decirlo de alguna forma.
Macaronesia Sport: ¿Qué significó para ti representar a las islas en un campeonato como ese?
Moana Lily: Bueno, a ver, este año quedé segunda en mi categoría, tampoco gané, pero sí que es verdad que el primer año que fui a un campeonato de España —que para mí ya fue… no sé, yo no sabía ni lo que era aquello— fue impresionante. Me quedé con la decepción de no poder ir a los mundiales porque yo tenía la nacionalidad alemana, y resulta que aunque ganaras el campeonato de España, en ese caso eran categorías menores, creo que con la Federación de Montaña, no podías ir si no tenías la nacionalidad española.
Me acuerdo que intentamos tramitarlo, pero es un proceso que tarda mucho tiempo. Yo casi estuve un año, y era cuestión de semanas, así que fue imposible. Y sí, me llevé una decepción muy gorda.
Entonces ahí, no sé… aún no tenía la sensación de haber ganado nada importante ni mucho menos, y no fue hasta el año siguiente que tuve la suerte de que me volvió a ir bien y pude ir también a los mundiales.
Representar un sitio tan pequeño, ¿no?, y luego representar a España en un mundial… eso sí que fue muy especial para mí. Me preguntaban de dónde era, y yo siempre quería responder primero “de La Palma”, pero luego te das cuenta de que tienes que ir paso por paso: “Soy de España… dentro de España, de Canarias… y dentro de Canarias, de La Palma.”
Pero también es bonito, ¿no? Porque tengo la sensación de que mucha gente ubicó el sitio en el mapa gracias al trail en general, con carreras como Transvulcania o Reventón. Creo que aquí también se vive mucho y es bonito, porque al final todo el mundo se merece conocer este paraíso.
Macaronesia Sport: La participación en el campeonato del mundo… ¿cómo fue eso para ti?
Moana Lily: Fue en Italia, y la verdad que para mí fue muy especial porque el año anterior me había quedado con tantas ganas de ir… y poder estar allí y encima ganar, fue algo muy especial.
También fui muy consciente de que eso no es algo que pase todos los años ni que se dé siempre así. Es verdad que en categorías menores es un poco más fácil llegar, pero aún así tienen que juntarse muchas cosas: que tengas tiempo justo ese día, que no estés lesionada, que te encuentres bien, que el campeonato te cuadre, que te seleccionen… porque tampoco es seguro, aunque hagas una buena carrera.
Cada año los criterios cambian, y no siempre depende solo del resultado. Así que fui valorándolo más con los años, incluso después, porque esa fue la primera vez —y de momento la única— que estuve en un mundial.
Luego también me jugaron malas pasadas otros factores… por ejemplo, en el año del covid me había clasificado creo que para el europeo y también para el mundial, con la federación de atletismo en montaña, pero tampoco pude ir. Entonces es como que se fueron desencajando muchas cosas y ya no volví a estar ahí.
Pero también me he dado cuenta de que el trail ahora mismo es un deporte en el que hay muchas carreras con el mismo nivel —o incluso más— que algunos mundiales, dependiendo de cuál y de cuándo. Y poder estar en una Transvulcania, en una Val d’Aran… ya es una suerte.
Te cuento un secreto: este año voy a estar en OCC, pero no por clasificación sino porque me tocó el sorteo. Y ya solo eso, el poder estar ahí y tener también un equipo que te ayude y te facilite llegar, creo que también es una suerte impresionante. A veces el mundial entra dentro de eso… a veces no. A veces te va bien en un campeonato de España, y a veces no. Al final es una carrera más en la que te puede ir bien o mal.
Macaronesia Sport: Acabas de ganar Val d’Aran. ¿Cómo fue?
Moana Lily: Pues a la tercera bala vencida. Era el tercer año que hacía esa distancia y este año estoy muy contenta porque los dos anteriores, nada… llegaba justo de exámenes, sin encontrarme del todo bien, y me quedaba con esas ganas de decir: “Jolín, me gustaría ir a la carrera, pero sintiéndome bien”.
>Este año terminé antes y tuve como dos semanitas para relajarme, entrenar un poquito más, y creo que eso fue clave para aguantar hasta el final. También me favoreció que recortaran la última subida, porque iba un poco justa de horas.
Y tengo que decir que la chica que iba delante se tuvo que retirar, y a mí esas cosas me dan mucha pena, porque no sabes qué habría pasado si hubiera seguido. Igual ganaba ella, igual no… pero prefiero que todo el mundo llegue bien a meta y competir en igualdad.
La verdad es que me encontré con energía, conocía el recorrido de otros años, me crucé con gente conocida y también estaba mi novia animándome, que había corrido un par de días antes.
Así que se juntaron muchas cosas, y me fue bien. Y claro… es una alegría que te llevas, no te voy a mentir.
Macaronesia Sport: ¿Cómo ha ido esta temporada y qué es lo que se viene en lo que resta?
Moana Lily: Ha sido una temporada un poco agridulce, la verdad. Llevo dos años que en primavera me da alergia, y siempre ando entre resfriados y mocos… Parece que soy alérgica al olivo, y claro, vivir en Andalucía no ayuda mucho. Aun así, creo que en Transvulcania no hice mala carrera, y en el Campeonato de Ibiza tampoco, pero es cierto que, aunque no me fuera mal, no me sentía del todo bien. Llegaba un punto de esfuerzo en el que notaba que estaba con todo encima y me quedaba la sensación de que sí, di todo lo que tenía ese día… pero no era lo mejor que puedo dar.
Hasta que no me vine de vacaciones este verano, no me empecé a encontrar realmente bien. Tener más tiempo, menos estrés, no estar pendiente de estudiar… eso me vino genial. Por eso creo que en Val d’Aran me fue mejor. No llevo una mala temporada, pero tampoco siento que haya sido la mejor. En la BlueTrail, por ejemplo, también me pasó que las bajadas de noche no se me dan muy bien, y esa carrera es nocturna. Este año además empezó media hora más tarde por un imprevisto con una guagua, y bueno… son cosas que pasan.
Hay días buenos y días malos. Espero que la segunda mitad de temporada vaya un poquito mejor, pero bueno, para que haya carreras buenas también tienen que haber algunas regulares. Y ya está.
Macaronesia Sport: ¿Y ahora qué viene?
Moana Lily: Pues ahora, este sábado, toca la Enano Trail aquí en La Palma, para hacerle un poco de honor a la bajada de la Virgen, que hacía 10 años que no se celebraba y dije: “¡No me la voy a perder!”. Así que empezamos por ahí.
Ya en agosto tengo la OCC, y después tendré que ir viendo un poco en función del calendario de la universidad. Me gustaría estar también en Ultra Pirineu —aún no sé si en la Mitja o en la Marató, depende del tiempo que tenga—, y en la Olla de Núria. Y hasta ahí tengo planeado de momento este 2025. Seguro que entre medias surge alguna más… pero ya se sabe, a veces una no te cuadra, están en la otra punta de España y es complicado. ¡A ver qué tal!
Macaronesia Sport: ¿Cómo gestionas tú el esfuerzo físico y mental durante una carrera?
Moana Lily: Al final, creo que cuanto mayor es el nivel de la carrera, más pequeñas son también las diferencias entre corredores. Entonces ya no es solo cuestión de esforzarte porque sí, es que tienes a alguien pisándote los talones o a unos metros por delante, y eso te obliga a no relajarte en ningún momento. A veces incluso ves a los demás, o los oyes cuando la gente anima y te dicen que alguien viene cerca, o que tienes a alguien a tiro.
Yo, por ejemplo, he tenido que cambiar un poco el chip. Antes iba toda la carrera con el pensamiento de: “uy, uy, que me van a pillar”, y eso genera mucho estrés. En muchas carreras, además, ni siquiera vas en cabeza, así que he aprendido a pensar más en hacer mi carrera, en recortar tiempo con la de delante o mejorar mi propio ritmo, que en lo que hace la que viene detrás.
Porque estar pendiente de eso al final te roba energía. Estás gastando fuerzas en algo que ni puedes controlar. Así que intento centrarme, no relajarme nunca, porque en cuanto dejas de concentrarte, andas más lento en las subidas, bajas peor en las bajadas… Pero claro, también con cabeza. Si quedan muchos kilómetros, no puedes ir a tope sin pensar. Hay que comer cuando toca, hidratarse cuando toca… Y también depende de la carrera. Cada una es un mundo: el perfil cambia, la gente que corre cambia, las referencias que tienes o no tienes. Por eso también me gusta tanto, porque te obliga a adaptarte siempre.
Macaronesia Sport: ¿Hay alguna carrera que tengas en mente, que te gustaría mucho hacer y que aún no hayas podido?
Moana Lily: Pues obviamente ahora te va a sonar a lo típico que diría cualquier palmero, pero sí: me encantaría hacer algún día la Ultra de Transvulcania. Aunque sé que ese día no va a ser ni el año que viene ni el siguiente. Creo que todavía me quedan unos cuantos años para meterme en el mundo de las ultras, si es que algún día lo hago.
Ahora mismo no me veo en una ultra muy larga —si es que se puede llamar corta a una ultra—. Eso de correr por la noche todavía me echa bastante para atrás. Y además, no creo que tenga ni el tiempo ni la edad todavía para eso.
Pero sí que lo veo como algo que tengo que hacer antes de morirme, ¿sabes? Porque fue la primera carrera grande de la que fui realmente consciente. Recuerdo ir a verla de pequeña y pensar: “¿Pero esta gente ha venido a correr 73 kilómetros?” Que claro, cuando tienes cinco años no sabes ni lo que es esa distancia, pero los ves llegar y parece que acaban de bajarse del Everest. Ese recuerdo se me quedó grabado y con él, creo que es inevitable soñar con hacerla algún día.
Macaronesia Sport: ¿Cuál es la experiencia en carrera de la que guardas mejor recuerdo?
Moana Lily: Pues voy a ser repetitiva, pero sin duda fue la maratón de Transvulcania. Creo que fue en 2022, el año en que la meta estaba en Los Llanos, salía del Refugio del Pilar, se subía al Roque y luego se bajaba hasta llegar allí.
Fue especial por muchos motivos. Al final quedé segunda, pero más allá del resultado fue porque nunca había hecho una distancia tan larga. Había hecho alguna maratón antes, pero más corta. Hasta el Roque iba primera, pero en la bajada no bajaba tan bien y todo el rato iba con esa sensación de “no sé si voy a poder mantener el puesto”.
La subida final a Los Llanos se me hizo durísima. Iba con la angustia de tener que mirar atrás todo el rato por miedo a perder esa segunda posición. Me sentía como si el puesto que llevaba me viniera grande, como si en cualquier momento me fueran a adelantar. Y encima iba con una fatiga tremenda.
Pero todo eso se iba equilibrando con la gente que me animaba durante el recorrido: amigos del cole, del instituto, mi familia… Llegar a meta en Los Llanos, ver a mis padres allí después de todo lo que había pasado en la carrera… no sé, sentí que todos en La Palma me empujaban, que tenía una fuerza extra gracias a ellos.
Y cuando crucé la meta, llegué llorando. No de dolor, sino de pura emoción.
Macaronesia Sport: ¿Por qué mola tanto el trail? ¿Por qué crees que es un deporte que todo el mundo debería practicar?
Moana Lily: Creo que porque te mejora la autoestima, pero no en un sentido egoísta, sino más bien desde el “hasta dónde soy capaz de llegar con mis propios medios”. Al final, muchos de nosotros tenemos la suerte de tener salud, de poder empezar a movernos, ya sea andando o corriendo, y eso te permite explorar la naturaleza que tienes cerca.
Y si además vives en un sitio como Canarias, por ejemplo, te das cuenta de que hay lugares preciosos a nada de tu casa. Que igual nunca habías ido a ver simplemente porque no eras consciente de lo cerca o lo accesibles que son. Eso es lo que le diría a la gente: que lo prueben, porque es mucho más que correr.