El techo de África espera ya a la brasileira que intentará batir las 12h58m de Marie Flammersfeld. La quinta parada de su proyecto White Flow también tendrá una vertiente solidaria. Le entrevistamos para conocer todos los detalles y las secuelas del UTMB.
Fernanda Maciel ya ha aterrizado en África donde se prepara para un nuevo reto personal. El Kilimanjaro, la montaña más alta del continente negro, será esta vez el objetivo de su récord de ascenso y descenso, que tiene previsto intentar a principios de octubre.
Se trata de la quinta fase de su proyecto White Flow, en el que vincula los desafíos deportivos con acciones y mensajes de “paz, solidaridad y sostenibilidad”. En este caso, la brasileña convivirá con los niños de un orfanato en Tanzania y espera también poder compartir su pasión y conocimientos atléticos con algunos jóvenes keniatas.
En la memoria quedan sus anteriores proyectos, entre los que destaca su expedición al Aconcagua en 2016, cuando estableció la primera marca femenina en el ascenso-descenso desde Horcones. Antes había viajado a Nepal, participando en la Everest Trail Race, a Brasil para correr en la Favela de Rocinha en Río de Janeiro, y en España completando El Camino de Santiago.
La ultrarunner llega a Tanzania después de una temporada liviana en competiciones, que había diseñado para llegar fresca al reciente Ultra-Trail del Mont Blanc. No le salió bien la jugada, pues tuvo que retirarse debido a una lesión ocular.